jueves, 16 de abril de 2009

Se acabó el sueño

No pudo ser. No hubo revancha. Ayer finalizaron los cuartos de final de la Champions y el Villarreal quedó apeado de la competición por el Arsenal, liderado por un incombustible Cesc Fábregas. Fue un partido en el que el equipo londinense se mostró muy superior a los de Pellegrini, con una primera parte en la que el Arsenal exhibió su mejor seña de identidad: el fútbol de toque. Con Cesc en la media, la potencia de Adebayor y la velocidad y el desdoble de Walcott por la banda, el Arsenal dispuso de grandes ocasiones para cambiar el electrónico, que solo se vio alterado por el gol de Walcott en el minuto 10, tras un taconazo sublime de Cesc y la vaselina de este último ante la salida "in extremis" de Diego López. En el arranque de la segunda parte, el Villarreal comenzó a dominar el encuentro, pero era un espejismo ya que el Arsenal entregó la pelota para poder después lanzar contras con esa velocidad endiablada que tiene arriba. Y así llegó el 2-0, obra de Adebayor. Poco después llegaría el 3-0 que dejaba la eliminatoria sentenciada y al Villarreal fuera de la competición continental.

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